Es una manera de comportarnos, que implica la expresión directa de los propios sentimientos, necesidades, derechos legítimos u opiniones, sin amenazar o castigar a los demás. Conseguir llegar a dónde tu quieres sin tener que pisar los derechos de los demás.
La asertividad se encuentra situada en el término medio de dos polos comunicativos nada beneficiosos, el estilo pasivo y el estilo agresivo. El primero de ellos, el pasivo, se ejemplifica en personas que no expresan lo que realmente opinan por miedo a no agradar, tienen demasiado en cuenta las opiniones de los demás en perjuicio de las suyas mismas. Por otro lado tenemos al estilo agresivo, su expresión es mucho más directa y no tiene reparos a elevar su imagen a costa de pisotear a los demás, su presa preferida es la persona con estilo pasivo. Normalmente estos polos comunicativos no los solemos encontrar tan puros cuando nos movemos en diferentes contextos, es decir, una persona se puede mostrar muy agresiva en el trabajo y luego en casa disminuir sus niveles de hostilidad en función de la persona con la que se esté relacionando. Otro ejemplo, es cuando en el estilo pasivo, no nos atrevemos a mostrar desacuerdo ( Decir No) por no querernos enfrentar a una posible discusión , replicas ,etc., por consiguiente no hacemos realmente lo que queremos hacer, y eso , poco a poco va llenando el vaso de hostilidad encubierta que pagamos con nosotros mismos.
Cuando hablamos de asertividad, hablamos de un equilibrio entre los polos comunicativos que nos facilita el entendimiento con las personas y nuestro desarrollo personal. Esta habilidad es aprendida y por lo tanto la podemos modificar para mejorar nuestros resultados en las relaciones sociales y conseguir un mayor bienestar personal y social.
Si piensas que algo de lo que te pasa tiene que ver con la asertividad, no te preocupes, porque se puede aprender y te sentirás mucho mejor en tu vida. Atrévete a pedir ayuda.